Labio Leporino: que es, causas y consecuencias
El Labio Leporino es un defecto congénito que afecta al labio superior y al paladar.
Así, puede aparecer como una pequeña hendidura en el labio o bien tratarse de una fisura completa en el labio que llega hasta la base de la nariz.
Ocurre cuando el labio superior y el paladar no se desarrollan correctamente. Esto sucede en los primeros meses de embarazo.
Suele diagnosticarse durante a gestación y/o al momento del nacimiento. Es fundamental seguir las recomendaciones del especialista para su correcto tratamiento.
¿Qué es el labio leporino?
El labio leporino es una malformación congénita que se caracteriza por la presencia de una hendidura en el labio superior. En algunos casos, la hendidura también puede extenderse hacia el paladar, lo que se conoce como paladar hendido o fisura palatina.
Ocurre cuando los tejidos que forman el labio superior no se fusionan adecuadamente durante el desarrollo fetal.
Puede afectar la apariencia facial y la función de la boca, incluyendo la capacidad de hablar, masticar y respirar. Los niños con labio leporino también pueden tener un mayor riesgo de infecciones del oído y problemas dentales.
Causas del Labio Leporino
Se cree que esta condición puede tener varias causas, aunque la mayoría de las veces se desconoce la causa exacta. A continuación, se describen algunas posibles causas:
- Genética: La causa más común es una mutación genética. En algunos casos, puede ser hereditario, lo que significa que puede transmitirse de padres a hijos.
- Factores ambientales: Se piensa que la exposición a ciertos factores ambientales durante el embarazo puede aumentar el riesgo de labio leporino. Por ejemplo, la exposición a ciertos productos químicos o drogas, el consumo de tabaco o alcohol, y las infecciones virales como el virus del herpes y la rubéola durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de labio leporino.
- Deficiencias nutricionales: Algunos estudios han sugerido que la deficiencia de ciertos nutrientes, como el ácido fólico, puede aumentar el riesgo de labio leporino. Se recomienda que las mujeres embarazadas tomen suplementos de ácido fólico para reducir el riesgo de malformaciones congénitas, incluyendo el labio leporino.
- Combinación de factores: En muchos casos, el labio leporino puede ser el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Por ejemplo, si un niño tiene una predisposición genética al labio leporino y su madre fuma durante el embarazo, es posible que el niño tenga un mayor riesgo de desarrollar esta condición.
En resumen, aunque se han identificado varias posibles causas, la mayoría de los casos ocurren por razones desconocidas. La prevención del labio leporino puede ser difícil, pero se recomienda que las mujeres embarazadas eviten la exposición a sustancias tóxicas y tomen suplementos de ácido fólico para reducir el riesgo de malformaciones congénitas. Si un bebé nace con labio leporino, el tratamiento temprano puede ayudar a minimizar los efectos de esta condición en su vida diaria.
Problemas que provoca el labio leporino
- Afecta la apariencia de la cara.
- Conlleva problemas para alimentarse y dificultades en el habla.
- Puede provocar infecciones del oído.
- Problemas para aumentar de peso.
- Flujo de leche a través de las fosas nasales durante la alimentación.
- Retraso en el crecimiento.
Tratamiento del labio leporino
El tratamiento generalmente implica cirugía para cerrar la hendidura en el labio y/o el paladar. La cirugía se realiza generalmente en etapas, comenzando en los primeros meses de vida del niño y continuando hasta la adolescencia. Otros tratamientos pueden incluir terapia del habla, ortodoncia y cuidado dental especializado.
Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los niños pueden tener una apariencia facial y función bucal normal. Es importante que los niños reciban atención y cuidado multidisciplinario de un equipo médico especializado para garantizar el mejor resultado posible.
La cirugía maxilofacial para tratar el labio leporino, suele hacerse cuando el niño tiene entre 6 semanas y 9 meses de edad y pueden necesitarse una o varias cirugías posteriores.
Hoy en día, los defectos anatómicos faciales pueden corregirse quirúrgicamente por el cirujano maxilofacial: labio (queilorrafia), paladar (palatoplastia, veloplastia), premaxila (injerto hueso) o nariz (rinoplastia).
Los tratamientos adecuados en cada caso concreto y con un especialista es fundamental, ya que de los resultados que se obtengan dependerá la futura adaptación social del niño. Hay que tener en cuenta que cada estructura anatómica de la cara tiene una edad recomendada para su óptima corrección a nivel quirúrgico en función de su desarrollo, por lo que es importante el seguimiento de estos pacientes.
Normalmente estos pacientes, requieren varias cirugías tanto primarias como secundarias.