Caries radicular: que es y como tratarla
¿Qué es una caries radicular?
La caries radicular es un tipo de caries que fundamentalmente va a afectar a la raíz de los dientes, y puede provocar que el diente quede hueco y al final se caiga.
Estas caries provocan en muchos casos dolor importante tanto en la encía como en los dientes, por lo que es fundamental tratarla a tiempo visitando nuestra clinica dental de forma regular y confiando en la opinión de los especialistas a la hora de intervenir en caso necesario.
Causas de la caries radicular
Habitualmente estas caries aparecen en aquellas personas que tienen enfermedades periodontales, como podrían ser la periodontitis en la gingivitis.
El motivo es que estas enfermedades provocan la destrucción de los tejidos periodontales, de forma que la raíces de los dientes quedan expuestos a posibles irritaciones o infecciones. También es cierto que las personas mayores son más propensas a padecer este tipo de cambios por lo que se recomienda acudir al odontólogo ca acierto tiempo para detectar problemas a tiempo.
Solución y tratamiento de la caries radicular
Hay diferentes soluciones a la caries radicular en función de lo avanzada que esté:
- En caso de que la caries acaba de aparecer, podemos realizar una limpieza profunda del diente para eliminar las bacterias. En este caso el paciente lo que tiene que hacer, es mantener una adecuada higiene buco dental para que la caries no avance.
- La solución más habitual que se suele proponer ante una caries radicular es realizar una endodoncia. Con este tratamiento sensibilizamos el diente, o bien le quitamos el nervio la raíz. Posteriormente realizamos un relleno que devuelve la firmeza al diente.
- Si la caries está en un estado muy avanzado, habrá que extraer el diente y colocar un implante por nuestros especialistas en implantes dentales.
¿Cómo prevenirla?
A nivel general las recomendaciones son a nivel higiénico, entre otras:
- Cepillarse muy bien después de cada comida incluida la utilización de la seda dental y enjuague bucal.
- Cepillarse con cuidado y con suavidad para evitar sangrados.
- Estar pendientes de cualquier posible anomalía y no esperar para ir a la clínica dental.
- Y por supuesto acudir a tu dentista cada seis meses para hacer un seguimiento de tu salud bucodental.