Recuperar la piel después del verano
Los especialistas de las clínicas de medicina estética de Face Clinic nos explican como recuperar la piel después del verano.
Al buen tiempo…..mala cara
La vuelta de vacaciones requiere una ITV de belleza para todas. El sol, el mar, el cloro, los cambios de temperatura, los horarios intempestivos, una alimentación desordenada, entre otros muchos factores, acaban pasando factura. Se llama “el efecto rebote postvacacional”, y ninguna estamos a salvo.
“La piel es un órgano externo y a pasar de sus defensas internas, está sometida a multitud de ataques durante los meses de verano. Conforme vamos perdiendo el bronceado, a veces incluso antes, van apareciendo los primeros efectos. Sensibilidad, deshidratación, pérdida de luminosidad, manchas y brotes de acné son los 5 síntomas más frecuentes”, afirman los especialistas.
La piel ha sido atacada a todas horas por agentes externos. El resultado lo forma el gran conjunto de marcas visibles que deteriora su aspecto.
Sensibilidad: con la piel a tiras
Estamos ante una de las grandes afecciones tras el verano. El sol, los aires acondicionados o el cambio en las rutinas de sueño y alimentación hacen que hasta la piel más fuerte y resistente es susceptible de transformarme en una RDSI (Reactiva-Deshidratada-Sensible-Irritable). No sólo los factores externos son la causa, también el estrés o la ansiedad que muchas veces se sufre en época de vacaciones contribuyen a cambiar el destino de tu piel.
Como afirman los especialistas de Face Clinic “La piel reactiva es una consulta frecuente al dermatólogo a la vuelta del verano. Las pieles que ya eran sensibles, empeoran y las que no lo eran, pueden empezar a serlo sin previo aviso, sobre todo cuando aparece una hipersensibilidad al sol ”.
Piel tirante, seca, rosada…. Estamos sufriendo un episodio de sensibilidad. 1 de cada 3 mujeres dice tener la piel sensible tras el verano y requieren de tratamientos para la piel.
Recuperar la piel tras el verano con estas rutinas
Utiliza al menos durante dos o tres semanas producto específicos para las pieles sensibles, hipoalergénicos, libres de alcohol y formulados con texturas frescas y ligeras.
Nuestros especialistas advierten que si existe hipersensibilidad, es recomendable utilizar dermocosmética. Y cuidado con lo “natural”, que no es inocuo: todos los cosméticos pueden irritar la piel, aunque como norma, los más sencillos químicamente son mejor tolerados. Términos como “bio”, “eco”, “natural”… no son equivalentes a “no pueden irritar mi piel”, sino que por el contrario muchos de ellos contienen extractos de plantas muy potentes que pueden ocasionar una dermatitis irritativa crónica.
Además de la cosmética adecuada, existen otras rutinas que conviene poner en práctica:
- Huye del agua demasiado caliente, de saunas, duchas escocesas y de todo tipo de terapias con calor, que dilatan el poro y agravan el problema.
- Cuida especialmente la zona del contorno de ojos, labios y mejillas, muy propensas a la sensibilidad.
- Vigila la dieta y reduce el consumo de grasas, alcohol y platos muy condimentados y/o picantes. Bebe mucho agua.
- No fumes, o al menos reduce las dosis. El tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos. La nicotina provoca una vasoconstricción y restringe la capacidad de trasporte de oxígeno en sangre, ahogando a la piel.
- Durante las primeras semanas, no te sometas a ningún tratamiento de medicina estética, como peelings, dermoabrasiones, láseres, ni tampoco utilices cosmética con alfahidroxiácidos, vitamina C o Retinol.
Deshidratación: ¿pez o sirena?
¿Quieres tener una piel áspera y escamada, como un pez, o suave y jugosa como la de una sirena? Cuando el tono bronceado desaparece de tu rostro, una nueva piel resurge ante tanta oscuridad. ¿Es la hidratación el primer mandamiento de la belleza? Sin duda. Una piel hidratada es una piel sana por definición. Cuando se hace alusión a “tener una piel deshidratada” surgen bastantes preguntas. Por ejemplo ¿qué diferencia hay entre una piel seca y una piel deshidratada?.
En Face Clinic os damos la explicación:
“Seca” significa que carece de humedad e implica que la superficie no retiene el agua. Sin embargo, “deshidratada” significa que estaba hidratada pero que ha perdido el agua que contenía”.
Esto es lo que suele suceder a estas alturas del año. Hasta la piel más jugosa y acuática necesita hidratación tras el verano. Es un hecho; la piel pierde su habilidad para retener el agua ante el daño solar, el salitre, el cloro, los aires acondicionados y el alcohol.
Y si eres de las que te pasas todo el verano venerando al astro rey, en poco tiempo tu rostro estará tan árido como el desierto de Arizona.
En las mujeres mayores de 45 años disminuye la hormona que regula la actividad de la glándula sebácea y aumenta la deshidratación.
¡Culto al agua!
La cosmética tiene como principal objetivo prevenir la oxidación celular mediante sustancias que hidraten por si mismas y que estimulen nuestras células para captar agua del exterior.
De hecho, en la última generación de tratamientos hidratantes (hidrosolubles), el agua ha dejado de ser un mero excipiente para convertirse en un principio activo por si mismo.
Pero hay que tener cuidado porque existen multitud de productos bajo el cartel de “hidratante” –sobre todo aquellos ricos en siliconas- que sólo lo hacen en la superficie. “Hay que asegurarse que los cosméticos que usemos tengan la suficiente concentración de activos capaces de estimular el proceso natural de la hidratación de la piel. Los principios más eficaces son el ácido hialurónico, el aloe vera y los aceites vegetales”, afirma nuestra especialista.
También las aguas termales, dotadas por naturaleza de oligoelementos y sales minerales, se han convertido en una fuente inagotable de hidratación natural.
Como tratamiento estético, desde Face Clinic se aconseja realizarse una mesoterapia facial con ácido hialurónico y vitaminas. Ayuda a mejorar del aspecto de las pieles que tras la vuelta de verano presentan problemas de deshidratación y falta de luminosidad.
Esta se realiza no solo en la cara, también son susceptibles de tratamiento zonas como el escote y el dorso de las manos mejorando el aspecto de estas. Si esta se realiza con factores de crecimiento autólogos, aportamos factores de crecimiento a nuestra piel, para poner en marcha mecanismos de reparación, con lo que mejorar el aspecto.
No nos olvidemos de tener en cuanta la Carboxiterapia, un tratamient lento pero muy efectivo.
Opacidad: cara de acelga
Hasta hace poco años, se creía que lo que más envejecía era la falta e tensión en la piel. Falso. En las consultas de los dermatólogos y médicos estéticos hacían cola para darse un “tirón” que asegurase un rostro sin rastro de flacidez ni arrugas. El tiempo ha demostrado que lejos de lograr un verdadero aspecto de belleza, reflejaba más bien una apariencia de artificialidad sin límites.
“Hemos empezado a caer en la cuenta de que un aspecto joven y fresco tiene otros parámetros tales cono la textura, la jugosidad y, sobre todo, la luminosidad”, afirman desde Face Clinic.
El cóctel más efectivo para conseguir una luz suprema es la combinación de la Vitamina C por el día y el Retinol por la noche.
Manchas: 101 dálmatas
La piel del rostro es especialmente vulnerable a los efectos del sol. Cada año aumenta el número de mujeres que vuelven de sus vacaciones de verano con la piel manchada. Las últimas cifras apuntan a que más de la mitad de las españolas se ven afectadas.
Face Clinic advierte de que existen muchos tipos de manchas pigmentadas. “Unas aparecen desde el nacimiento o en la infancia, y son los nevus melanocíticos o lunares. Otras por los efectos de la luz ultravioleta y el envejecimiento de la piel, como los lentigos solares (manchas de la edad) y otras por factores hormonales (melasmas y cloasmas)”.
Las que ahora nos ocupan son esas que aparecen o empeoran como respuesta a la radiación ultravioleta y a un verano de desenfreno solar. Se llama lentigo o actínico y afecta a zonas fotoexpuestas como son cara, cuello, escote, brazos y manos. Son lesiones que por lo general aparecen a partir de los 45 años y están relacionadas con una historia de largas exposiciones solares y quemaduras intermitentes.
Una vez aparecen estas manchas en la piel, van a persistir aunque cese la exposición solar. También el melasma, que tiene un marcado predominio en mujeres a partir de los 20 años, se traduce en manchas irregulares en la frente, labio superior, contorno facial y pómulos, principalmente, empeora su pigmentación durante los meses de verano. Es evidente por tanto que la luz solar juega un papel clave, ya que suelen mejorar durante el invierno.
Hay pieles que están genéticamente predestinadas a padecerlas, y otras en las que aparecen con los años y las exposiciones al sol.
Dar en el blanco
Aunque está muy manido, los dermatólogos no dejan de repetir una y otra vez que proteger la piel con un fotoprotector es un seguro anti-manchas. Si lo combinamos con un buen tratamiento cosmético sus efectos se multiplican, aunque no nos vengamos arriba porque los tratamientos “White” no borran las mancha, aunque sí la difuminan.
El otoño se convierte en la mejor época del año recuperar la piel después del verano, y someterse a un peeling químico facial, y recuperar la piel después del verano. Puede ser superficial, medio o profundo, en función del tipo de piel (ya que no todas las pieles tienen la misma tolerancia) y la pigmentación que queremos tratar. Como recomienda nuestra especialista, “los peelings despigmentantes, seguidos de tratamiento domiciliario, pueden ayudarnos a controlar el tan temido melasma que vuelve cada verano”.
IPL (luz pulsada intensa) es el tratamiento por excelencia para revertir los efectos del foto-rejuvenecimiento. Este consigue mejorar el aspecto de la piel castigada por el sol, además de aportar luminosidad de una manera espectacular. Algunos tipos de manchas solares, puedes precisar tratamientos complementarios con otros láseres más específicos.
Acné: granito a granito
Las personas que sufren de acné pueden ver mejorada esta afección de la piel durante las primeras puestas al sol. Pero esto es un “espejismo” ya que la reducción de los granos en la piel se debe a las propiedades antinflamatorias, secantes y antibacterianas del sol que reduce el exceso de grasa. Además, el bronceado esconde temporalmente las imperfecciones.
“Sin embargo, cuando cesa la exposición a los rayos UVA puede ser que aparezca incluso más acné del que se tenía antes. Esto se debe a que en los folículos de la piel se acumulan grasas y el espesor de la capa cutánea es mayor por el sudor y la humedad”, aclaran los expertos.
El objetivo del tratamiento del acné activo es reducir la severidad y la duración del cuadro clínico, prevenir la formación de cicatrices y controlar las recaídas.
Limpieza plus
Para empezar, si queremos recuperar la piel después del verano, es muy importante utilizar un protector solar adecuado para pieles grasas cada vez que salgamos a la calle y tomar el sol con precaución y moderación durante un tiempo no muy prolongado. Así evitaremos problemas para eliminar cicatrices de acne profundas y otros derivados de la exposición solar, como pueden ser la aparición de manchas o melanomas. Pero hay más rutinas que hay que seguir a rajatabla:
- Tener una rutina diaria de cuidado de nuestra piel para asegurar su buen estado y una limpieza adecuada al menos dos veces al día.
- Evitar la creencia popular de que las cremas hidratantes hacen que tengamos más granos y utilizar una hidratante adecuada que evite la sequedad excesiva de la piel provocada
- por el sol.
- La piel se debe exfoliar pero nunca de manera abusiva porque puede causar sensibilización e inflamación.
- Se recomienda llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras y no consumir muchas grasas saturadas.
- Es muy importante desmaquillar la piel y limpiarla mañana y noche, aunque no se lleve mucho maquillaje.
- Utilizar menos o nada de maquillaje y en el caso de aplicarlo que se “oil free” o libre de aceites.
- Evitar tocarnos los granos porque puede causar cicatrices e inflamaciones.
- Reducir el consumo de tabaco o excluirlo debido a que empeora los problemas de acné tanto en fumadores activos como pasivos.
Desde Face Clinic aconsejamos que para recuperar la piel después del verano, lo primero es detectar la causa y trabajar en tu piel a partir de ello. Un exceso de grasa, un cambio hormonal, el uso de una nueva crema… Si son pequeños granitos pueden tratarse y eliminarse con tratamientos purificantes e hidratantes, pero si, por lo contrario, se deben a un problema infeccioso, hay que consultar con el especialista para hacer un buen diagnóstico y diseñar un tratamiento a medida.